jueves, 1 de marzo de 2018

A BLAS INFANTE, padre de la patria andaluza


La sombría visión del jornalero
clavó una espina en tu alma de niño,
sueños blancos de nieve y armiño
hicieron de la paz tu camino certero.


Sembraste tu semilla de nobleza
en el campo andaluz que tanto amaste,
tu corazón a los surcos arrojaste
y brotó un ideal de luz y de grandeza.


La aurora de Agosto y de flor grana
te regaló una Luna blanca y verde
para que vieras, tú, la Vega Llana.


Los crueles verdugos de tu muerte
no pudieron destruirte con pistolas
ni tapar tu verdad, ni enmudecerte.


Y agrandaron tu humanidad gigante.
Tu sangre alimentó a las amapolas.
                             Andalucía de ella bebe, Blas Infante.

Lourdes Soriano Arias

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