viernes, 29 de julio de 2011

Escribir la luz

A Ricardo Rocha

El día, como una carta abierta
se despliega con su temblor de signos.
El mundo es un lenguaje
que la mirada escucha.
Las nubes son palabras
que el viento deletrea.
En renglones, las sombras
dibujan el silencio.
Hay una soledad acompañada
una suave certeza en cada sílaba
una herida de luz en cada cifra.
El hombre ha comprendido
el corazón del árbol.

En el bosque secreto que me habita
amanecen los pájaros.


Carmen Villoro

miércoles, 27 de julio de 2011

Hay días

Hay días en que creemos
que toda la basura del mundo nos cae
encima. Luego
al salir al balcón vemos
a los niños corriendo por el muelle
mientras cantan.
No sé sus nombres. Uno
u otro se parece a mí.
Quiero decir: al que fui
cuando llegué a ser
luminosa presencia de la gracia
o de la alegría.
Una sonrisa se abre entonces
en un verano antiguo.
Y dura, dura aún.


Eugenio de Andrade

lunes, 25 de julio de 2011

Ajedrez

Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.

Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando
encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.

Rosario Castellanos

domingo, 17 de julio de 2011

DESPEDIDA

Yo me voy porque en los "subways" no crecen los bejucos;
porque ya no huele el aire prisionero de las calles
a azafrán, ni a tomillo, ni a hembra en primavera.
Me voy porque a los parques les pusieron mordazas.
Me voy porque aquí ya no se puede reír a carcajadas;
porque los crepúsculos se compran enlatados;
porque agonizaron, inermes, los últimos rebeldes.
Me voy porque hasta los besos se encuentran censurados.
Me voy porque ya ordenaron investigar a la alegría;
porque a los niños les raptaron sus hadas;
porque a los libros los encerraron en la cárcel.
Me voy porque a la muerte la están vendiendo en cápsulas.
Me voy porque a las mujeres les rondaron el sexo;
porque al alcohol le editaron sus sueños;
porque en lugar de saúcos se cultivan barrotes.
Porque soltaron, todos, los diques del pavor.
Me voy porque en las calles tan sólo ríe el miedo.

LUIS ZALAMEA

miércoles, 13 de julio de 2011

CIVILIZACIÓN

Un hombre muere en mí siempre que un hombre
muere en cualquier lugar, asesinado
por el miedo y la prisa de otros hombres.

Un hombre como yo; durante meses
en las entrañas de una madre oculto;
nacido, como yo,
entre esperanzas y entre lágrimas,
y -como yo- feliz de haber sufrido,
triste de haber gozado,
hecho de sangre y sal y tiempo y sueño.

Un hombre que anheló ser más que un hombre
y que, de pronto, un día comprendió
el valor que tendría la existencia
si todos cuantos viven
fuesen, en realidad, hombres enhiestos,
capaces de legar sin amargura
lo que todos dejamos a los próximos hombres:
El amor, las mujeres, los crepúsculos,
la luna, el mar, el sol, las sementeras,
el frío de la piña rebanada
sobre el plato de laca de un otoño,
el alba de unos ojos,
el litoral de una sonrisa
y, en todo lo que viene y lo que pasa,
el ansia de encontrar
la dimensión de una verdad completa.

Un hombre muere en mí siempre que en Asia,
o en la margen de un río
de África o de América,
o en el jardín de una ciudad de Europa,
una bala de hombre mata a un hombre.

Y su muerte deshace
todo lo que pensé haber levantado
en mí sobre sillares permanentes:
La confianza en mis héroes,
mi afición a callar bajo los pinos,
el orgullo que tuve de ser hombre
al oír -en Platón- morir a Sócrates,
y hasta el sabor del agua, y hasta el claro
júbilo de saber que dos y dos son cuatro...

Porque de nuevo todo es puesto en duda,
todo se interroga de nuevo
y deja mil preguntas sin respuesta
en la hora en que el hombre
penetra -a mano armada-
en la vida indefensa de otros hombres.
Súbitamente arteras,
las raíces del ser nos estrangulan.

Y nada está seguro de sí mismo
ni en la semilla en germen,ni en la aurora la alondra,
ni en la roca el diamante,
ni en la compacta oscuridad la estrella,
¡cuando hay hombres que amasan
el pan de su victoria
con el polvo sangriento de otros hombres!

JAIME TORRES BODET

lunes, 11 de julio de 2011

HABLO DE NOSOTROS

Hablo de nosotros
(no sé si es un poema),
hablo de nosotros que no somos sencillos,
pero sí vulgares (como se comprende).
Hablo sin tristeza (y no porque esté alegre),
sin resentimiento (mi odio es de agua fría);
hablo de nosotros y alguien debe entenderme.
Hablo serenamente.
Necesito muy poco
(por ejemplo, mi tiempo);
necesito gastar dinero sin pensarlo,
besar dos o tres bocas (sin comprometerme).
Necesito lo justo (superfluo si calculo),
un delirio alegre (razonable en el fondo);
necesito lo poco que nadie quiere darme,
lo mucho que es un hombre.
Pero soy blando y tonto
(¿quién al fin no llora?);
soy de fango informe que dulcemente arrastra,
de tierra que a ti me une.
Soy de miseria pura (o de amor infinito),
soy de nada, del todo que al mirarte comprendo,
¡oh pequeño, pequeño, pegajoso, tan tierno,
tan igual a mi!

GABRIEL CELAYA

sábado, 9 de julio de 2011

ANUNCIO DE POESÍA

Si mi época no es bella,

¿cómo quieres que la embellezca?

Si me siento sobre las ruinas,

escribo sobre las ruinas

y me enamoro sobre las ruinas,

¿cómo voy a regalarte un ramo de flores?


¿Cómo voy a quererte,

Cuando la escritura es danza

sobre una bandeja de cobre y brasas?

Y si la tierra es un teatro de violencia,

¿cómo quieres que cure mi violencia?


Los mamelucos quieren dominarme,

beberme la sangre y la tinta,

quieren la cabeza del poema para descansar,

y a la poesía y al amor he confiado mi poder.


Te amo, relámpago que alumbra mi vida

y candil de aceite en el interior de mi pecho.

Sé la amiga de mi libertad,

sé mi reverso en todas mis guerras

y camina conmigo bajo los arcos de mi victoria.


Si mi poesía no tiene eco

en quienes despellejan a los pueblos,

no es mi poesía...


martes, 5 de julio de 2011

EL POEMA Y LA GEOGRAFÍA

En los países de Occidente, amiga mía,

el poeta nace libre

como los peces en los extensos mares

y canta

en el regazo de los lagos,

en los prados susurrantes

y en los campos de granados.

... Aquí

el poeta nace en un saco de polvo,

canta a reyes de polvo,

a caballos de polvo

y a espadas de polvo.

Es un milagro

que el poeta convierta la noche en día.

Es un milagro

que plantemos flores

entre asedio y asedio.

NIZAR KABBANI

domingo, 3 de julio de 2011

Uno aprende

Después de un tiempo, uno aprende la sutíl diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas felíz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante (...)

Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo...

Jorge Luis Borges