miércoles, 29 de abril de 2009

NIÑOS E IZQUIERDA

Quien dice a los niños
Tenéis que pensar como la derecha
es de derechas
Quien dice a los niños
Tenéis que pensar como la izquierda
es de derechas

Quien dice a los niños
no tenéis que pensar en nada
es de derechas
Quien dice a los niños
Es igual lo que penséis
es de derechas

Quien dice a los niños
aquello que piensa
y les dice también
que puede que esté equivocado
es quizá
de izquierdas

Erich Fried

Miedo y duda

No dudes
del que
te diga
que tiene miedo


pero ten miedo
del que
te diga
que no tiene ninguna duda.

Erich Fried

lunes, 20 de abril de 2009

Bienaventurado El Hombre (salmo 1)

Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni
asiste a sus mítines
ni se sienta a la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans

Será como un árbol plantado junto a una fuente.

Ernesto Cardenal

viernes, 17 de abril de 2009

LOS OLVIDADOS

Ellos han escrito en las paredes
toda la historia de esta tierra y de sus días:
la han sacado del hierro y la semilla;
de cada huelga
y desde cada herida.

Han mantenido su confianza en el futuro
contra la muerte y los calabozos.
Han sufrido golpes y torturas
Partiendo panes
y esperanzas entre todos.

Cada trozo de presente que pisamos,
tiene mucho de la sangre, de los huesos,
de aquellos que nos precedieron
en el amor, la lucha
y en el tiempo.

Por eso reivindico la memoria
de todos aquellos que cayeron
y de quienes se ven arrinconados:
los que no tienen nada porque
todo lo dieron.

QUINTÍN CABRERA

martes, 7 de abril de 2009

BALADA IMPRECATORIA CONTRA LOS LISTOS

Ahí pasan los listos.
Siempre de prisa, alertas, husmeando
la más leve oportunidad de poner a prueba
sus talentos, sus mañas,
su destreza al parecer sin límites.
Vienen, van, se reúnen, discuten, parten.
Sonrientes regresan con renovadas fuerzas.
Piensan que han logrado convencer,
toman a sonreír, nos ponen las manos
sobre los hombros, nos protegen, nos halagan,
despliegan diligentes su abanico de promesas
y de nuevo se esfuman como vinieron,
con su aura de inocencia satisfecha
que los denuncia a leguas.
Jamás aceptarán que a nadie persuadieron.
Porque cruzan por la vida
sin haber visto nada,
sin haber escuchado nada,
sin dudas ni perplejidades.
Su misma certeza los aniquila.
Pero, a su vez, también sus víctimas
suelen olvidarlos, confundirlos en la memoria
con otros listos, sus hermanos,
tan semejantes, tan deprisa siempre,
tratando de ocultar a todas luces
el exiguo torbellino que los alienta
a guisa de corazón.
Todo cuidado, toda prudencia,
de nada valen con ellos,
ni vienen a cuento.
Su efímera empresa, al final,
ningún daño logra hacernos.
Los listos, os lo aseguro, son inofensivos.
Es más, cuando me pregunto
adónde irán los listos cuando mueren,
me viene la sospecha de si el limbo
no fue creado también para acogerlos,
sosegarlos y permitirles rumiar,
por una eternidad prescrita desde lo alto,
la fútil madeja de su inocua cuquería.
Ignoremos a los listos y dejémoslos
transitar al margen de nuestros asuntos
y de nuestra natural compasión
a mejores fines destinada.
De los listos no habla el Sermón de la Montaña.
Esta advertencia del Señor, debería bastarnos.

Álvaro Mutis (1923)